Una profesora negra, tras admitir que es blanca y judía, se auto-cancela (y no, no es broma)



Una profesora de historia y activista política de la Universidad George Washington admitió públicamente que en realidad es blanca y judía, a pesar de haber afirmado ser negra durante años.

Jessica A. Krug, de 38 años, cuyas áreas de especialización incluyen “Historia afroamericana” e “Imperialismo y colonialismo”, salió del closet racial en un ensayo titulado “La verdad y la violencia contra los negros de mis mentiras”. En el artículo, del que la universidad se reservó aún los comentarios, Krug dijo que engañó a amigos y colegas al afirmar falsamente varias identidades. Durante "la mayor parte de mi vida adulta", dijo Krug, sostuvo ser "negra del norte de África”, luego “negra de origen estadounidense”, después “negra del Bronx de origen caribeño". Pero creció, en realidad, como una chica blanca judía de los suburbios de Kansas. 


“No soy un buitre de la cultura. Soy una sanguijuela cultural”, escribió Krug. "He pensado en terminar con estas mentiras muchas veces durante muchos años, pero mi cobardía siempre fue más poderosa que mi ética".

Y continuó: "Deberías cancelarme absolutamente, y yo me cancelo absolutamente".

En su texto, que por cierto no es una brillante obra de ensayística contemporánea, Krug dijo que estuvo luchando contra "demonios de salud mental no tratados" durante la mayor parte de su vida y comenzó a asumir una identidad falsa cuando era niña. “Pero los problemas de salud mental nunca explicarán ni justificarán, ni condonarán ni excusarán que, a pesar de conocer y criticar regularmente a todas y cada una de las personas no negras que se apropian de las personas negras, mi falsa identidad fue creada enteramente a partir el tejido de las vidas negras”, escribió.

Krug imparte clases como "Temas de historia africana" y "África y la diáspora africana" en la Universidad George Washington desde 2012, según el sitio web de la universidad. También ha escrito extensamente sobre el tema; incluyendo dos libros. Pero anotó: "Soy una cobarde. No hay ignorancia, ni inocencia, nada que reclamar, nada que defender. Me he movido mal en todos los sentidos durante años". 

No está claro por qué Krug decidió escribir y publicar su ensayo. Pero podemos aceptar que la cultura de la cancelación dio un paso increíble: la auto-cancelación.

Fuente: Agencias

Recomendados

Seguir leyendo