Las ciudades europeas se preparan para una guerra nuclear


Jack L. Rozdilsky 
Universidad de York

 

Con la guerra de Ucrania en curso, las tensiones en Europa van en aumento. Esto se debe tanto a la afluencia de refugiados relacionados con la guerra a las ciudades de Europa Central como al descontento por el aumento del costo de la energía.

Mientras las bombas caen sobre Ucrania, las naciones europeas se están dando cuenta del lamentable estado de su propia defensa civil. Actualmente en Kyiv, los trabajadores de emergencia están preparando 425 refugios para su uso durante una guerra nuclear.

Mi investigación sobre defensa civil para la guerra nuclear me llevó a explorar cómo se están preparando las ciudades de Europa central. Hace poco regresé de un intercambio de profesores en la República Checa, donde investigué la disponibilidad de refugios contra la lluvia nuclear en Praga.

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Los acontecimientos actuales muestran que Rusia está buscando un pretexto para desatar armas nucleares. El director de la CIA se reunió con su homólogo ruso el lunes para advertir contra el uso de armas nucleares en Ucrania. En Europa, los temores de tener que refugiarse por la pandemia de Covid-19 están siendo reemplazados por los temores de tener que refugiarse por ataques nucleares.

En la República Checa, mis hallazgos de un estudio de caso de preparación en la ciudad capital de Praga han demostrado que los búnkeres sobrantes de la era de la Guerra Fría se mantienen actualmente en un estado de preparación para proteger a la población de una guerra nuclear.

 

Infraestructura checa

Nacida de la Revolución de Terciopelo en 1989, durante gran parte del siglo XX, lo que ahora es la República Checa existió como Checoslovaquia bajo la esfera de influencia soviética.

En el contexto de la Guerra Fría, la creencia en el deber de defenderse de los enemigos externos y las ideologías del militarismo dieron como resultado proyectos masivos de obras civiles para construir búnkeres subterráneos. El desarrollo de la defensa civil checoslovaca incluyó no solo la construcción de búnkeres, sino también la educación escolar centrada en temas de conciencia moral, aptitud física y capacitación en defensa civil.

Después de la caída de la Cortina de Acero, los ciudadanos de la República Checa rechazaron el comunismo a favor de la democracia parlamentaria. Sin embargo, la infraestructura física sobrante de la era comunista para la defensa civil permanece casi intacta.

                                         

Los búnkeres nucleares de Praga

En 2019, se estimó que había 768 refugios permanentes en Praga, con una capacidad total para unas 150.000 personas. Las autoridades municipales están obligadas por ley a proporcionar refugios, y los búnkeres nucleares de Praga adoptan muchas formas. Los refugios contra explosiones y lluvia radiactiva se construyen en las laderas, se encuentran en varios túneles, se ubican en secciones profundas del metro y se instalan en sótanos reforzados de edificios.

Visité el Refugio Bezovka en el distrito Žižkov de Praga. Para entrar, tuve que pasar a través de una puerta de acero reforzado cubierta de graffitis en el Parque Parukářka.

El refugio Bezovka se construyó a mediados de la década de 1950 y tiene capacidad para más de 2.000 personas. Actualmente es un sitio para el turismo comercial y un lugar para la vida nocturna. Parte del refugio está abierto al público para recorridos por búnkeres nucleares que destacan aspectos de la vida durante la Guerra Fría; las vistas incluyen dioramas de tamaño natural que representan la vida estereotipada en un búnker durante el Armagedón nuclear, con maniquíes de niños con máscaras de gas de goma.

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También visité el Bunker de Folimanka, ubicado en el distrito de Praga 2. Este conjunto subterráneo era un ejemplo de refugio público diseñado para un barrio. Corredores de 125 metros conectaban un laberinto de habitaciones subterráneas, con un área total de 1.332 metros cuadrados.

Terminado en 1962, con su propio generador de energía, agua corriente y sistema de ventilación, este búnker todavía está operativo para albergar a 1.300 personas durante 72 horas. La agencia de la ciudad para la Administración de Servicios de la Ciudad Capital de Praga administra el refugio y lo abre al público en fines de semana ocasionales para un paseo autoguiado.

 

Equipo obsoleto

Los búnkeres subterráneos eran la materialización de la estética poscomunista. Rodeado de equipos obsoletos en laberintos de túneles en descomposición, me sentí como si estuviera en un páramo subterráneo distópico. Sin embargo, a pesar de su apariencia, los búnkeres no son solo reliquias de una era pasada.

A lo largo de los años, algunos de los búnkeres nucleares de Praga se han adaptado a reutilizaciones nuevas y creativas. Más que el abandono, han prevalecido nuevos usos como espacios museísticos, atracciones turísticas, lugares para juegos de escape room, lugares de ocio nocturno y música, espacios de artes creativas o lugares de almacenamiento.

No estoy sugiriendo que tener refugios disponibles reduciría el horror general de la guerra nuclear. Si Putin se arriesgara a usar armas nucleares, ningún estado u organismo internacional podría abordar adecuadamente la emergencia humanitaria inmediata.

En Praga, en este mismo momento, decenas de miles de residentes pueden tener acceso a opciones de refugio disponibles en caso de una guerra nuclear. Pero si se usan armas atómicas, solo entonces la gente de todo el mundo se dará cuenta de que no tenemos una forma razonable de protegernos.

Fuente: The Conversation/ Traducción: Horacio Shawn-Pérez

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