¿Las plazas y los parques generan más o menos delitos en las ciudades?



Por David Ruggiero

Los urbanistas y los funcionarios no se ponen de acuerdo respecto a las plazas y parques de las ciudades: ¿reducen los delitos urbanos o los aumentan? El debate sigue siendo debatido, valga la expresión.

Algunos investigadores afirman que los parques y otros espacios verdes urbanos previenen la violencia. Cuando los terrenos baldíos y los espacios urbanos deteriorados se transforman en lugares más atractivos y útiles para los residentes, como plazas y parques, la violencia y el crimen generalmente disminuyen en las inmediaciones de estos espacios urbanos.

En un estudio sobre desarrollo de viviendas públicas en Chicago, realizando por investigadores de la Universidad de Illinois, los investigadores habían encontrado que se reportaban un 52% menos de delitos cerca de edificios rodeados de árboles y otra vegetación. En Nueva York, los barrios con mayor inversión en espacios verdes públicos tienen un promedio de 213 delitos menos por año. Es decir, los ambientes urbanos con espacios verdes disminuyen los delitos y relaciones similares entre el espacio verde y el crimen se han registrado en Baltimore, Chicago, Filadelfia y Portland, así como en ciudades fuera de Estados Unidos.


Sin embargo, no todo el mundo anda leyendo las investigaciones de la Universidad de Illinois. En muchas ciudades, los habitantes consideran que los parques son peligrosos: imanes para actividades ilícitas como el tráfico de drogas y lugares para que los delincuentes accedan a posibles víctimas que, mientras participan en actividades recreativas, pueden estar menos atentas a sus pertenencias y seguridad personal. Los parques como lugares de drogadicción, violaciones, robos y toda clase de delitos: desde hurto de bicicletas hasta asesinatos.

Muchas investigaciones apoyan esta idea. Un estudio publicado en 2017, por ejemplo, “Neighborhood parks, evidence of guardianship, and crime in two diverse US cities”, aborda el vínculo entre delincuencia y parques centrado principalmente en el miedo a la delincuencia, con una investigación empírica limitada que verifica o niega la relación entre la delincuencia y las zonas verdes. Usan dos estudios casi idénticos que examinan la relación entre parques de barrio y crimen en dos ciudades muy diferentes, Filadelfia y Louisville. Estas ciudades varían en tamaño, densidad de población, ingreso medio, porcentaje de minorías y porcentaje de personas que viven en la pobreza, entre otros factores. Los hallazgos de los estudios, que se basan en teorías de la criminología ambiental, muestran que los parques de los vecindarios están asociados con un aumento de los niveles de delincuencia en su entorno inmediato.

Entonces, ¿las zonas verdes como parques y plazas hacen que las ciudades sean más seguras o más peligrosas? La respuesta rápida es: depende de la zona verde.


Las investigaciones sobre la relación entre parques y crimen varían mucho entre sí, en primer término, porque suelen centrarse en una sola ciudad, barrio o zona. Desde 2017, investigadores de las universidades de Clemson y North Carolina comenzaron a recopilar información sobre delincuencia, espacios verdes y parques de las 300 ciudades más grandes de Estados Unidos.

A diferencia de muchos estudios que usan los términos "parques" y "espacios verdes" de manera intercambiable, el análisis distinguió entre estos dos entornos urbanos. El espacio verde se midió por la cantidad de pasto, plantas, cobertura de árboles y otra vegetación en el paisaje. Los parques urbanos se definieron como espacios abiertos administrados por una agencia pública.


Para distinguir el impacto de los espacios verdes de los factores sociales típicamente relacionados con el crimen (densidad de población, ingresos, educación, diversidad y desventaja social), se controlaron esos factores al evaluar los datos sobre el crimen. Así, la mayor cantidad de espacios verdes se asoció con un menor riesgo de delincuencia en todos los barrios de las 300 ciudades estudiadas.

Los robos y otros delitos contra la propiedad ocurren con menos frecuencia en los barrios más verdes en todas las ciudades de la muestra. Los delitos violentos como el asesinato, el asalto y el robo a mano armada también fueron menos comunes en vecindarios más verdes en casi todas las ciudades estudiadas.

Solo tres ciudades de la muestra no se beneficiaron del espacio verde: Chicago, Detroit y Newark, todos lugares con índices de criminalidad notoriamente altos y persistentes, donde más espacio verde se asoció con niveles más altos de delincuencia violenta.


Los investigadores identificaron varias razones por las cuales la presencia de espacios verdes puede llevar a una menor delincuencia. El contacto con la naturaleza reduce los precursores de delitos como el estrés y la agresión, haciendo que las personas se sientan más felices y menos dispuestas a participar en actos delictivos. Al brindarles a las personas un lugar para participar en actividades al aire libre, los parques también promueven interacciones sociales positivas y conexiones de vecindad dentro de diversas comunidades urbanas.

Y cuando la gente se reúne en parques y otros espacios verdes, pone más "ojos en las calles", exponiendo a los delincuentes a la vigilancia constante de la comunidad. Finalmente, hay algunas pruebas de que más espacios verdes hacen que las áreas cercanas sean más seguras simplemente al empujar el crimen a los vecindarios cercanos, en lugar de eliminarla por completo.

En el segundo paso del estudio, se redujo el enfoque a los parques urbanos y los resultados fueron menos positivos. Al examinar cuatro ciudades en diferentes regiones de Estados Unidos (Austin, Filadelfia, Phoenix y San Francisco), se encontró que los delitos violentos eran entre 28% y 64% más altos en los vecindarios adyacentes a los parques que en los vecindarios ubicados a una milla de los mismos parques. Los delitos contra la propiedad fueron de 38% a 63% más altos en áreas cercanas a parques.

Pero al alejarse de la muestra de cuatro ciudades, se encontró evidencia de que algunos parques realmente hacen un buen trabajo para disuadir el crimen. El diseño y el mantenimiento son críticos para que los parques reduzcan, en lugar de atraer, el crimen.

Todo lo cual refuerza la respuesta corta y rápida: depende, siempre, del parque.

Fuente: CityLab/ Traducción: Horacio Shawn-Pérez

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