Turistas extranjeros por primera vez en las corridas de España: “No sabía que mataban al toro”



La plaza de toros de Las Ventas, en Madrid, es el mayor coso taurino de España. Es previsible que muchos turistas extranjeros asistan a las corridas. Sólo en 2017 unos 71.000 extranjeros de 130 países hicieron la visita guiada por la plaza. Franceses e italianos a la cabeza. Otros acuden a las corridas de toros, aunque tal como lo reflejó el suplemento Verne de El País, no todos los turistas saben de qué se trata exactamente una corrida de toros.

“No sabían que lo mataban”, dice un muchacho taiwanés de 21 años en el video que registraron los periodistas de Verne. Su hermana, una taiwanesa de 25 años, quedó encantada con el vestido del torero: “El vestido tiene muchos, muchos, muchos colores”.


“Pensábamos que iba a ser un espectáculo sin cuchillos ni violencia. Pero ha sido completamente lo contrario. No hemos podido verlo entero. Solo media hora. Estoy muy enfadada porque he pagado dinero para ver morir un animal”, dijo una neerlandesa de 26 años. “La primera vez que lo han apuñalado en la espalda pensaba que no era un cuchillo de verdad”, añadió su novio, de 31 años.

Otros saben qué esperar, según se ve en el informe periodístico. “Sí, sabía que mataban al toro”, dijo un indio de 44 años. “Es maravillosa la forma en la que han matado al toro. Y un toro muy grande”. Lo que más le gustó es “la manera en la que el torero escapa del toro; el animal embiste, pero el torero sabe cómo evitarle”.


“No puedo decir que de verdad haya disfrutado, ya que toda la atención está en matar. No estoy de acuerdo”, dice un alemán de 23 años. Lo que más sorpresa le provocó a su amigo, también alemán, de 24 años, es que hubiera tanto público en un día laboral. “¿La mejor parte del espectáculo? Creo que un momento en el que el toro ha pillado al torero”.

Una niña de 8 años, estadunidense, completa: “Creía que serían empujones y cosas así, como la lucha libre”. Pero no, no lo era. Ya sabemos qué decía Víctor Hugo: “Torturar un toro por placer, por diversión, más que torturar a un animal es torturar una conciencia”.

El informe completo, acá.

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