Cómo escribir sobre África



Traducción de Ángeles Novillo

El autor y periodista keniano Binyavanga Wainaina escribió este texto para una edición de Granta de 2006 dedica a África. Lo recordamos porque en mayo de este año, a los 48 años, Wainaina falleció en Nairobi.

Cómo escribir sobre África

Algunas recomendaciones: las puestas del sol y el hambre están bien.

Siempre use la palabra “Oscuridad» o «Safari» en su título. Los subtítulos pueden incluir las palabras “Zanzibar», “Masai», “zulú», “Zambezi», “Congo», “Nilo», “Grande», “Cielo, “Sombra», “Tambor», “Sol» o “Pasado». También son útiles palabras como “Guerrilleros», “Sin tiempo», “Primordial» y “Tribal». Haga referencia a que “Gente» quiere decir a africanos que no son negros, mientras “la Gente» significa a africanos negros.

Nunca tenga una foto de un africano bien adaptado en la tapa de su libro, o dentro de él, a menos que aquel africano haya ganado el Premio Nóbel. Utilice una AK-47, costillas prominentes, pechos desnudos. Si debe incluir a un africano, asegúrese de poner un Masai o vestido de Dogon o zulú.

En su texto, trate a África como si fuera un único país. Es calurosa y polvorienta, con prados ondulados y enormes manadas de animales, y la gente es alta y delgada, y pasa hambre. O es calurosa y llena de vapor, con gente de muy baja estatura que come a primates. No se atasque con descripciones precisas. África es grande: cincuenta y cuatro países, 900 millones de personas que están muy ocupadas con el hambre, muriendo y en guerra o emigrando como para leer su libro. El continente está lleno de desiertos, selvas, tierras altas, sabanas y muchas otras cosas, pero a su lector no le preocupa esto en lo más mínimo, así que mantenga sus descripciones románticas y evocadoras, no específicas.

Asegúrese que usted muestra como los africanos tienen la música y el ritmo profundamente arraigado en sus almas, y comen cosas que ninguna otra gente comería. No mencione el arroz, la carne ni el trigo; el cerebro de mono es la opción en la cocina de un africano, junto con la cabra, serpiente, gusanos y comidas en base a carne de caza. Asegúrese de mostrar que es capaz de comer tal alimento sin estremecerse, y describa como aprende a disfrutar de ello — porque a usted le importa.
Tabúes innombrables: escenas domésticas ordinarias, amor entre Africanos (a menos que implique una muerte), referencias a escritores africanos o intelectuales, mención de niños asistiendo a la escuela que no sufren de fiebre Ebola o mutilación genital femenina.


En todas partes del libro, adopte una voz silenciosa, en conspiración con el lector, y un tono triste de «esperé tanto». Establezca temprano que su liberalismo es impecable, y mencione cerca del principio cuánto ama a África, como se enamoró del lugar y no puede vivir sin ella. África es el único continente que usted puede amar – aprovéchese de esto. Si usted es un hombre, deambule por sus selvas vírgenes y calurosas. Si usted es una mujer, trate a África como un hombre que lleva puesta una chaleco caqui y que desaparece lejos en una puesta del sol.

África debe ser compadecida, adorada o dominada. Sea cual fuere el ángulo que usted tome, asegúrese de dejar una impresión fuerte de que sin su intervención y su tan importante libro, África esta condenada.

Sus personajes africanos pueden incluir guerreros desnudos, criados leales, adivinos y videntes, antiguos sabios que viven en un hermético esplendor. O políticos corruptos. Ineptas y polígamas guías turísticas y prostitutas con las que usted haya dormido. El Criado Leal siempre se comporta como un niño de siete años y necesita una mano firme; se asusta de las serpientes, es bueno con los niños, y siempre lo implica en sus complejos dramas domésticos.

El Sabio Antiguo siempre viene de una tribu noble (no las tribus que buscan enriquecerse como las Gikuyu, Igbo o Shona). Él tiene ojos reumáticos y está ligado a la Tierra. El africano moderno es un hombre gordo que roba y trabaja en la oficina de visados, y rechaza permisos de trabajo a calificados occidentales que realmente se preocupan por África. Él es un enemigo de desarrollo, y usa su trabajo gubernamental para hacerle difícil a extranjeros pragmáticos y de buen corazón establecer sus ONG o Zonas de Conservación Legales. O él es un político intelectual, educado en Oxford, convertido en asesino en serie vestido con un traje de Savile Row. Es un caníbal al que le gusta el champaña Cristal, y su madre es una hechicera rica quien realmente dirige al país.

Entre sus personajes siempre debe incluir al africano que pasa hambre, que vaga en el campamento de refugiados casi desnudo, y espera la benevolencia de Occidente. Sus niños tienen moscas en sus párpados y vientres henchidos y los pechos de ellas son chatos y vacíos. Debe parecer completamente indefensa. No puede tener ningún pasado, ni historia; tales desviaciones arruinan el momento dramático. Los gemidos están bien. Ella nunca debe decir nada sobre si misma en el diálogo excepto hablar de su (indecible) sufrimiento.

También asegúrese de incluir a una mujer cálida y maternal quien tiene una risa sonora y está preocupada por su bienestar. Sólo llámela “Mama». Sus niños son todos delincuentes. Estos personajes deberían rondar a su héroe principal, para hacerlo lucir mejor. Su héroe puede enseñarles, bañarlos, alimentarlos; cuida de muchos bebés y ha visto a la muerte. Su héroe puede ser usted (si es reportero), o una bella y trágica celebridad o aristócrata internacional que ahora siente cariño por los animales (si es ficción).

Los malos personajes occidentales podrían incluir a niños de Ministros Conservadores, Afrikaners, o los empleados del Banco Mundial. Hablando de la explotación por extranjeros mencione a los comerciantes chinos e hindúes. Culpe a Occidente por la situación de África. Pero no sea demasiado específico. Esta bien que dé amplias pinceladas por todas partes.

Evite tener a sus personajes africanos riendo o luchando por educar a sus niños, o sólo hágalo de forma mundana. Haga que ellos inspiren algo sobre Europa o América en África. Los personajes africanos deberían ser coloridos, exóticos, más grandes que la vida — pero vacíos por dentro, sin diálogo, sin conflictos o soluciones en sus historias, nada de profundidad o capricho con que aturdir la causa.

Describa detalladamente pechos desnudos (jóvenes, viejos, conservadores, recientemente violados, grandes, pequeños) o genitales mutilados, o genitales realzados. O cualquier clase de genitales. Y cadáveres. O, mejor, cadáveres desnudos. Y sobre todo pudrición de cadáveres desnudos. Recuerde: cualquier publicación que haga que la gente parezca asquerosa y miserable, hará referencia a ‘la verdadera África’, y usted quiere esto en su contratapa. No se sienta delicado sobre esto: usted está tratando de ayudarles a conseguir la ayuda del Occidente. El tabú más grande en la escritura sobre África es describir o mostrar gente blanca que muera o sufra.

Los animales, por otra parte, deben ser personajes tratados como bien estructurados, complejos. Ellos hablan (o gruñen sacudiendo sus melenas orgullosamente) y tienen nombres, ambiciones y deseos. Ellos también tienen valores de familia: ¿ve cómo los leones enseñan a sus crías? Las elefantas son protectoras y buenas feministas o dignificados patriarcas. O son gorilas. Nunca, jamás diga algo negativo sobre un elefante o un gorila. Los elefantes pueden atacar la propiedad de la gente, destruir sus cosechas, y hasta matarlos. Siempre tome el lado del elefante. Los grandes felinos tienen acento de escuelas públicas. Las hienas son justas y tienen acento, vagamente del Medio Oriente. Cualquier africano petiso que vive en la selva o el desierto puede ser retratado con buen humor (a menos que ellos estén en el conflicto con un elefante o chimpancé o gorila, en cuyo caso ellos deberán verse como el mismísimo mal).

Después de los activistas célebres y los trabajadores de asistencia, los ecologistas son la gente más importante de África. No los ofenda. Usted los necesita para que lo inviten a su animado rancho de 30,000 acres o «zona de conservación», y este es el único modo en que usted conseguirá entrevistar al activista célebre. A menudo una tapa de libro con un ecologista heroico parece trabajar mágicamente en las ventas. Alguien blanco, bronceado y utilizando prendas caqui, quién alguna vez tuvo a un antílope como mascota o una granja, es un ecologista que conserva la herencia rica de África. Entrevistando a él o ella, no pregunte con cuanta financiación cuentan; no pregunte cuanto dinero ganan con sus animales. Nunca pregunte cuánto le pagan a sus empleados.

Perderá a los lectores si no menciona la luz en África. Y los atardeceres; la puesta del sol africana es obligatoria. Es siempre grande y roja. Siempre existe un amplio cielo. Los espacios abiertos y los animales salvajes son críticos – África es la Tierra de estos amplios espacios. Al escribir sobre la situación grave de la flora y fauna, asegúrese de mencionar que África está superpoblada. Cuando su personaje principal esté en un desierto o selva que conviva con pueblos indígenas (cualquier persona de baja estatura) debe asegúrese de mencionar bien que África ha sido despoblada severamente por el Sida y la Guerra (utilice letras mayúsculas).

Usted también necesitará un club nocturno llamado Tropicana, donde mercenarios, malignos nuevos ricos africanos, prostitutas, guerrilleros y expatriados se juntan.

Siempre termine su libro citando a Nelson Mandela diciendo algo sobre el arco iris o los renacimientos. Porque a usted le importa.

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