Gran atracción neoyorquina: la flor gigante que huele a vómito de cadáver podrido
Por Alina Klingsmen
El Jardín Botánico de Nueva York anunció con bombos y
platillos la maravilla que nadie puede perderse en las próximas semanas: florecerá
la planta gigante que huele a cadáver podrido y quienes se acerquen podrán olerla hasta
vomitarse encima. Adultos, 28 dólares; niños, 12 dólares; menos de dos años,
gratis. No incluye bolsita de papel para vómitos.
Amorphophallus titanum, o simplemente aro gigante o flor
cadáver, es una planta herbácea y tuberosa, endémica en Sumatra, que produce
una inflorescencia en espádice. Suele llamársela “la flor más grande del mundo”,
y si bien no lo es, porque hay al menos una que le gana, sí es tremendamente grandota. Se han visto algunas flores de casi
tres metros (flores, no plantas).
Otra característica es que la flor huele horrendamente mal. A
carne en descomposición, específicamente, por eso es imposible mantenerse cerca
de la misma durante mucho tiempo. Ni siquiera es agradable hacerlo. Este aroma
horripilante es un giro evolutivo majestuoso: atrae a las moscas, que se
encargan de la polinización.
Así que es una planta peculiar con una flor peculiar, y lo
peculiar, en nuestras ciudades, se cotiza de maravillas. Se convierte en
atractivo, en mercancía. Ahora mismo, en el sitio del jardín botánico
neoyorquino, hay una cámara transmitiendo en vivo ―todo el día, toda la noche―
a la planta, para que nadie se pierda el momento exacto en el que florece. Se
insta a seguir el florecimiento de la flor cadáver en Facebook, Twitter, Instagram.
El florecimiento no dura más de un día, el ambiente se llena de peste y de
moscas, el ciclo evolutivo sigue su marcha, y los turistas se sacan fotos frente
al vegetal con cara de asco. Puede que las flores gigantes que huelen a vómito
de cadáver podrido sea un recurso evolutivo de las ciudades: atraen moscas y
turistas.