Saskia Sassen: “Dado que todo es una curva, por ahí ha llegado a sus límites”
“La historia nos muestra la facilidad con la cual nos
olvidamos cómo hemos sufrido o sentido el terror”, dice en una entrevista la
socióloga, economista y urbanista Saskia Sassen. “Tenemos una capacidad
magistral para olvidarnos del terror y del dolor que hemos sentido en algún
momento. Es un mecanismo de la sobrevivencia pero claro, también nos hace un
poco egoístas, siempre preocupados por nuestro dolor y no tanto el dolor de los
otros excepto si el otro es nuestra hija, hijo o nuestra pareja”.
Y agrega: “Creo que nuestra capacidad para olvidar cosas que
incluso nos pueden haber dolido o aterrorizado es realmente impresionante.
Pienso que es la única manera en la que nosotros, los seres humanos, hemos
podido sobrevivir en un mundo marcado por desafíos, crueldad e injusticia
social. También las cosas bellas que nos emocionan nos dan experiencias para
sobrevivir a los desafíos”.
—La globalización
fracasó en su objetivo de tener un mundo de consumidores: crecen los excluidos,
los pobres. Esto se profundizó radicalmente con la crisis del coronavirus. ¿Se
observan cambios en la lógica global?
—Sí y no. Es un "no" parcial: hemos reconocido que
las modalidades dominantes de la globalización no son simplemente generosas,
abiertas a maximizar la inclusión. Hay algo de eso, pero no un cambio radical.
Y es un "sí" parcial porque ha generado vectores transversales que
han permitido nuevas maneras de conectarnos a través del mundo y de generar
proyectos transversales que refuerzan esas buenas conexiones.
—Algunos creen que
saldrá fortalecido un capitalismo productivo y que se debilitará el mundo
financiero. ¿Coincide?
—De nuevo, sí y no. El mundo de las finanzas es complejo y
puede ganar y perder mucho en dos días, en dos horas. También es verdad que el
sistema financiero ha explotado al máximo lo que logró explotar con este cambio
de modelo que empezó en los años ochenta. Y dado que todo es una curva, por ahí
ha llegado a sus límites.
—La economía de
servicios ha sido dramáticamente afectada. ¿Es posible reciclar y reintegrar a
todos esos trabajadores en un sistema que tiende a la expulsión y no a la
integración?
—Me temo que no. Aunque el sistema financiero, uno de los
sistemas económicos más poderosos por ahora, también necesita limpiadores,
enfermeras, choferes, restaurantes de lujo, casas de lujo y negocios que venden
artículos de lujo. También vemos la caída de algunos instrumentos financieros
que fueron grandes éxitos, y en un cierto punto pierden valor y se vuelven
secundarios. Todo es realmente una incógnita.
—¿Qué impacto a
mediano y largo plazo tendrá esto en ciudades globales como Nueva York y Londres?
—Por ahora los grandes actores económicos de nuestra época
necesitan a las ciudades, pero con una diferencia: no a toda la ciudad, sino a
ciertos componentes de la ciudad. Además de todo lo que hablamos, necesitan
casas, edificios, restaurantes, limpiadores, baby sitters, escuelas para sus
hijos.
La entrevista, acá.