¿Existen los dragones?


Livia Gershon

 

¿La serie de HBO House of the Dragon te hace desear vivir en un mundo donde los dragones sean reales? Si es así, los académicos Phil Senter, Uta Mattox y Eid. E. Haddad tienen buenas noticias: “Los dragones, en el sentido original de la palabra, son animales reales”, escriben.

Senter, Mattox y Haddad argumentan que el dragón europeo comenzó su vida como nada más que una serpiente, un "draco" o "drakon" para los antiguos griegos y romanos. Pero las autoridades de historia natural gradualmente comenzaron a describir al dragón de formas más fantásticas.

“A lo largo de los siglos, los errores en las descripciones de dragones se acumularon por mala traducción, exageración, aceptación del folclore y el mito como verdad, y fusión de diferentes animales”, explican. “Para el Renacimiento, el dragón se había transformado en una criatura fabulosa”.

Las conclusiones de los autores provienen de una traducción que hicieron de la sección "dragón" de Schlangenbuch, una enciclopedia de historia natural del médico y naturalista suizo Conrad Gessner publicada en la década de 1580. Gessner intentó compilar todo lo que se haya escrito sobre cada especie animal en la Tierra, incluidos los dragones.

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La primera fuente utilizada en la sección de dragones de Schlangenbuch es la Ilíada de Homero, probablemente escrita en el siglo IX a. Seis pasajes mencionan al drakon, una criatura que, por el contexto, es claramente una serpiente. Homero no parecía estar refiriéndose a ningún tipo específico de serpiente y tampoco lo hizo Aristóteles, cuya Historia de los animales del siglo IV a. C. señaló que el águila come dragones. Pero, en los primeros siglos de nuestra era, muchas fuentes griegas y romanas comenzaron a describir a los dragones o dracos como constrictores, aparentemente basando frecuentemente sus descripciones en pitones importadas de la India.

Entonces, ¿cómo consiguió el dragón sus alas? Los autores escriben que los mitos griegos, egipcios e indios describían serpientes voladoras, pero solo como criaturas compuestas como el pegaso o el sátiro que existía en los reinos de los dioses y los héroes. La primera de las fuentes de Gessner en afirmar que, por regla general, los dragones podían volar fue Agustín de Hipona (354-430 d. C.). Describió a los dragones como los animales más grandes de la Tierra, que viven en cuevas y emergen para extender sus alas. Si bien Agustín mencionó esto en una exposición de un salmo, no una obra de historia natural, los historiadores naturales adoptaron su descripción. En ese momento, la importación de pitones a Europa parece haber terminado, por lo que la gente ya no tenía contacto directo con los dragones y no podía comprobar si tenían alas.

En la era medieval, los dragones alados eran comunes en los bestiarios ilustrados. Estos dragones comúnmente también tenían piernas, aunque los historiadores naturales de esta época continuaron insistiendo en que no las tenían. Pero, en el siglo XVI, los engaños taxidérmicos se hicieron comunes en el mundo mediterráneo, a menudo con dragones alados bípedos. Gessner, entre otros, se dejó engatusar por este engaño y aceptó que estos dragones realmente existían. Las enciclopedias posteriores siguieron su ejemplo. Fue solo en el siglo XVIII que los historiadores naturales determinaron que los dragones no existían en absoluto. Pero como señalan Senter, Mattox y Haddad, eso es solo porque estaban pensando en los dragones de Gessner, no en los de Homero.

Fuente: Jstor/ Traducción: Maggie Tarlo

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