Beatriz Sarlo sobre el coronavirus: “Estas situaciones de crisis acentúan los rasgos preexistentes”



“Lo que hacen estas situaciones de crisis es acentuar los rasgos preexistentes”, explicó la ensayista Beatriz Sarlo, 78 años, en plena cuarentena obligatoria por el coronavirus. “No pensemos que esto de la noche a la mañana cambia nuestros gustos o hábitos. No es que se dan cambios fundamentales y la gente sale a copiar pasos de ballet a su balcón. No es así”.

Y sigue: “Estas situaciones de crisis, salvo que se prolonguen muchísimo, no cambian nuestra cabeza de la noche a la mañana. Acentúan, a veces, nuestros mejores rasgos y, a veces, los peores. Pero no nos cambian. No hay cambios de la noche a la mañana en términos subjetivos sino acentuaciones. Reacciones que antes podían ser más débiles y hoy pueden ser más espectaculares en el sentido tanto de la intervención a favor de vecinos, entre compatriotas o el egoísmo: estantes del supermercado que se vacían en un minuto. Todavía no hemos avanzado en el tiempo. Apenas si llevamos un mes de esto y un poco menos de confinamiento”.


—No creo que nadie pueda salir de la paranoia. No soy quién para explicar el asunto. Años de experiencia psicoanalítica y psicológica me explican que uno no dice: “Voy a salir de la paranoia”. Pero uno puede encontrar caminos que ayuden a convivir con esos estados de ánimo que, posiblemente, sean inevitables. Podemos tener media hora diferente en las veinticuatro del día.

–Aunque, a veces, lo cotidiano en estos contextos puede volverse horroroso.

–Puede no volverse horroroso, también. Yo tengo un balcón que da a los balcones del edificio de enfrente, en pleno Caballito. Normalmente no me fijo mucho en lo que hacen los chicos. De repente, tengo una chica en un balcón a mí misma altura cruzando la calle. Y esa chica empieza a saludarme. Entonces establezco como un lenguaje de señas, que no es propio de mis hábitos socioculturales. Sin embargo, en estas circunstancias, lo establezco. La reconozco. Ella me busca a la mañana, yo la busco a la mañana. Es decir que uno puede hacer esos pequeños cambios. ¿Me va a hacer esto una adoradora de todos los niños de Buenos Aires de aquí en más? No. Pero uno encuentra, en su propia subjetividad, detalles que no había percibido.

La entrevista, acá.

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