Luces telefónicas en espectáculos musicales
A menudo se habla de los teléfonos móviles como una
tecnología intrusiva que arruinó la auténtica experiencia de asistir a un
concierto musical. Esto es bastante comprensible, ya que las personas a menudo
participan en la captura de videos, la transmisión en vivo, la publicación de
historias y la toma de fotografías del concierto. La afirmación más común es
que los teléfonos móviles separan a los asistentes al concierto de la
experiencia real, obligándolos a experimentar toda la actuación a través de la
pantalla. Estos problemas y desafíos se relacionan con el papel bien
establecido de las herramientas de comunicación para conectarnos con quienes no
están con nosotros. Al enviar videos de un concierto y compartirlos con amigos
de las redes sociales, la esperanza es simular la cercanía y dar a las personas
que están ausentes una "muestra" de la experiencia.
Sin embargo, tratemos de centrarnos en un papel diferente
que los teléfonos móviles desempeñaron en concierto: servir como linternas
digitales. Este rol es radicalmente diferente porque se trata de usar el
teléfono para mejorar lo que está aquí y ahora, y establecer un vínculo
significativo entre los individuos co-presentes. El ritual de levantar
encendedores y velas en los conciertos es mucho más antiguo que los teléfonos
inteligentes, pero parece haberse transformado en una práctica digital.
Sostener encendedores en conciertos es uno de esos momentos emocionantes donde
el uso del producto es improvisado, simple y en sintonía con el medio ambiente.
Los inventores del encendedor solo estaban diseñando una herramienta rápida y
portátil para crear fuego para encender cigarrillos. Esperaban crear
encendedores con llamas estables a prueba de viento, pero no tenían forma de
saber que la gente comenzaría a agitar estas luces en los conciertos. Según
múltiples fuentes, sucedió en algún momento de la década de 1960 en Estados
Unidos. La replicación mediante teléfonos móviles demuestra cuán significativa se
volvió esta práctica cultural desde entonces.
¿Por qué las luces realzan el significado y la intimidad en
los conciertos? Es difícil señalar una razón específica, pero las luces tienen
muchas propiedades simbólicas y materiales que vale la pena considerar. Las
luces simbolizan la esperanza, la irradiación y la modernidad. En su forma en
miniatura, las luces también pueden reflejar espíritus y almas (más comúnmente
en velas conmemorativas y velas de iglesias). Cuando cada asistente al
concierto sostiene una luz, se hace presente como individuo en un espacio por
lo demás oscuro y anónimo. También juegan un papel activo en la creación de
ambiente y forman una gran red de luces que aprovechan las profundas emociones
humanas de unidad, alianza y superación de la oscuridad. Como dice una famosa
canción judía de Janucá: “Cada uno de nosotros es una pequeña luz. Todos
juntos, brillamos”.
El cambio del fuego real a las luces digitales puede
reflejar la convergencia de los teléfonos móviles con tecnologías móviles o al
aire libre anteriores, como escuchar música portátil, tener una cámara portátil
o llevar una libreta de direcciones. La versión digital de las luces de
concierto es más segura, más estable y más fácil de operar, pero el cambio del
fuego a la luz eléctrica significa que los colores rojo y naranja cálidos se
reemplazan en su mayoría por luces blancas. Estas luces blancas no solo
significan las propiedades simbólicas de la luz (como se describió
anteriormente) sino que también indican que uno está sosteniendo un teléfono
móvil. Esta indicación cambia la forma en que experimentamos e interpretamos
estas luces porque ahora están asociadas con la tecnología digital, la
modernidad y la globalización.
El teléfono móvil, por lo tanto, ya no es un objeto que
distrae, se entromete y se aleja de la experiencia del concierto, sino que
también es un objeto que la realza, amplifica y contribuye a dicha experiencia.
El músico electrónico Dan Deacon aprovechó esta "cultura de la luz
móvil" al desarrollar una aplicación para teléfonos móviles que crea un
espectáculo de luces completo especialmente diseñado para sus conciertos.
Mientras se mezclan con su sonido eléctrico, estas luces se convierten en más
que linternas digitales: crean una atmósfera mágica, misteriosa y sensual que
los ingenieros de luz nunca podrán reproducir. Para citar a Deacon: "Con
suerte, la aplicación convertirá la experiencia de llevar tu teléfono a un
espectáculo musical en algo inmersivo para la comunidad".
Omer Adam, uno de los cantantes más populares de Israel,
estableció un ritual regular en sus conciertos: pide a sus fans que saquen los
teléfonos inteligentes y publiquen una historia de Instagram simultáneamente.
Este ritual se ha convertido en una marca registrada y una parte inseparable de
la experiencia del concierto. En lugar de prohibir los teléfonos o verlos como
una intrusión, Adam fue lo suficientemente inteligente como para elevar su
presencia y expandir su desempeño a miles de usuarios de redes sociales
simultáneamente. Sin embargo, no deberíamos apresurarnos a la hora de concluir
que este es un ejemplo de herramientas de comunicación digital que conectan
geografías distantes: el uso colectivo de teléfonos con cámara por parte de los
asistentes al concierto de una manera tan orquestada se volvió una especie de
juego o ritual. Además, contribuye a la experiencia compartida de las personas
que están presentes en la sala de conciertos y cómo se comunican entre sí y con
el artista. En ese sentido, la convergencia de las redes sociales, las
linternas y las cámaras lleva la cultura de los encendedores de concierto a la
era digital.
Según un artículo titulado “Historia del mechero en los
conciertos”, el mechero cumple varias funciones en los conciertos: “Es una forma
de reunir a la gente durante las partes más emotivas de un concierto, y también
la utilizan los fans para solicitar un bis o exhibir su apreciación general".
Podemos deconstruir estas funciones y aprender de ellas sobre la importancia de
las tecnologías de copresencia. Reúnen a las personas en un momento y lugar
específicos y envían señales y mensajes en un idioma alternativo que no siempre
se basa en palabras. ¿Por qué deberíamos utilizar lenguajes alternativos con
personas con las que compartimos el mismo espacio? Bueno, parece que los
humanos siempre están buscando más capas y texturas de interacción,
independientemente de su proximidad física.
Fuente: UCL