El valor del diseño emocional de las ciudades


Thomas Heatherwick

 

¿Cuándo fue la última vez que caminaste por una calle con edificios nuevos y sentiste algo positivo? ¿O algo en lo absoluto?

Los edificios modernos se volvieron aburridos: planos, sencillos, brillantes, rectangulares, monótonos, anónimos, sin carácter y soporíferos. En el mejor de los casos, estas estructuras no nos hacen sentir nada. En el peor de los casos, pueden tener un impacto negativo en nuestra salud mental y estrés físico. Por ejemplo, en 1984, Roger Ulrich, investigador de diseño de atención médica, realizó un estudio pionero que demostró que una habitación con vista a la naturaleza aceleraba la recuperación postoperatoria de los pacientes. Hoy en día, hay mucha más evidencia que muestra que un mal diseño puede tener una variedad de consecuencias negativas, con estudios que prueban que puede causar estrés mental e incluso conducir a la delincuencia y al comportamiento antisocial.

Para 2050, siete de cada diez personas en el mundo vivirán en una ciudad. Sin embargo, a pesar de los avances tecnológicos del mundo moderno, seguimos creando espacios sin alma que no reflejan nada de este genio. Ya sea que te encuentres en el centro de Hong Kong, el distrito financiero de París o el centro de Toronto, el toque humano ha desaparecido del diseño urbano mientras crece el aislamiento social y las personas se sienten cada vez más abrumadas y agotadas.

Sin embargo, creo que el cambio está llegando. Antes podías salirte con la tuya pensando “menos es más”. Ahora está quedando claro que la emoción es importante al diseñar edificios y espacios urbanos.

📢Suscríbete a nuestro newsletter semanal.

En 2023, las ciudades comenzarán a despertar al valor de la emoción. Los arquitectos y diseñadores comenzarán a adoptar la idea de que la calidad estética y la diversidad de los edificios afectan profundamente nuestros sentimientos y tienen el poder de levantarnos el ánimo, involucrarnos y conectarnos.

Los directores ejecutivos, minoristas, desarrolladores y arquitectos comenzarán a pensar más en cómo la planificación urbana puede atraer, involucrar e inspirar. Lo aburrido, poco a poco, dejará de ser competitivo. Las empresas con visión de futuro comenzarán a responder cambiando la forma en que encargan nuevos edificios. Ya empezaron a aparecer ejemplos, desde Leeds, donde Acme Studio infundió personalidad y dio nueva vida a un sitio industrial abandonado, hasta Burkina Faso, donde Kéré Architects creó un centro de salud conmovedor en la ciudad de Leo.

La emergencia climática acelerará este cambio. La construcción es uno de los mayores contaminantes del planeta: el 38 por ciento de las emisiones de CO2 relacionadas con la energía en 2018 fueron generadas solo por el sector. Cada año se demuele en los Estados Unidos un área equivalente al tamaño de Washington. En Gran Bretaña, el edificio comercial promedio está condenado a ser demolido antes de cumplir los cuarenta años. En 2023 veremos una creciente indignación por el despilfarro de este enfoque de la planificación urbana.

Las preocupaciones individuales por la salud del planeta jugarán su parte. Las olas de calor ya han resultado en llamados para hacer que nuestras calles sean más verdes. En 2023, el movimiento global para plantar más árboles en las ciudades se fortalecerá aún más. La infraestructura verde se entenderá como una infraestructura nacional crítica, al igual que la energía y el transporte, y tendremos un árbol para cada persona en cada ciudad del mundo.

En 2023 finalmente comenzaremos a unir los puntos entre construir lugares que la gente ame y proteger el planeta. La pasión por los lugares que nos rodean será clave para diseñar calles y edificios llenos de detalle, invención y tridimensionalidad. Estos espacios nuevos y radicalmente humanos serán apreciados y servirán a cada residente y visitante durante muchos años, en lugar de unirse al cementerio de estructuras monótonas que a ninguno de nosotros realmente le importó cuidar.

Fuente: Wired/ Traducción: Horacio Shawn-Pérez

Recomendados

Seguir leyendo