Un jardín bajo la autopista
Durante décadas, el espacio abandonado bajo una autopista
elevada en Toronto no era un lugar donde la gente quisiera pasar el tiempo.
Hace seis años, eso empezó a cambiar.
Se abrió una pista de patinaje sobre hielo en invierno en
una sección debajo de la autopista, seguida de nuevos senderos para caminar y
andar en bicicleta, instalaciones de arte, intersecciones rediseñadas y, más
recientemente, un jardín experimental diseñado para filtrar las aguas pluviales
que salen de la carretera.
Ahora, "cuando estás parado debajo de la autopista, a
veces olvidas que hay autos moviéndose encima de ti", dice Ilana Altman,
codirectora ejecutiva de Bentway, una organización sin fines de lucro que se
asoció con la ciudad de Toronto y los residentes para repensar la área
(financiada por los filántropos locales Judy y Wil Matthews). “Es un espacio de
tamaño realmente monumental dentro de la ciudad, con estas increíbles vistas
telescópicas a lo largo de la carretera. Obtenemos una hermosa luz natural que
fluye a través del espacio, especialmente en las últimas horas del día”.
Un tramo de media milla de terreno debajo de la carretera
(alrededor de 170,000 pies cuadrados, que corre a lo largo de un sitio
histórico de la ciudad y conecta con otro gran espacio verde) ahora está lleno
de personas que pasean perros o hacen yoga o asisten a clases, por ejemplo, de
un astrónomo enseñando sobre la aurora boreal. El grupo está trabajando con la
ciudad en un plan para transformar el resto del área bajo la autopista, que
cubre más de cuatro millas.
La autopista, llamada Gardiner Expressway, fue construida a
mediados del siglo pasado. En parte porque está envejeciendo y necesita
reparación, la ciudad también consideró eliminarla por completo. Otras ciudades
que eliminaron autopistas urbanas experimentaron transformaciones más
dramáticas. En 2016, el ayuntamiento de Toronto decidió dejar la autopista en
su lugar. Pero también decidió cambiar la experiencia para las personas que
están debajo de ella.
"Cuando se construyó la Gardiner Expressway en los años
50 y 60, se construyó con un solo propósito", dice Altman. “Fue construida
para mover automóviles. Cumplía una función de movilidad. Pero la única manera
de que podamos crear la ciudad equitativa y accesible que buscamos es comenzar
a pedirle a nuestra infraestructura que haga más”.
El nuevo jardín bajo la autopista es un ejemplo. El agua de
lluvia ahora corre por tuberías hacia grandes maceteros llenos de plantas
nativas que ayudan a filtrar la contaminación del agua antes de que fluya hacia
el cercano lago Ontario. Nuevas rampas y caminos elevados facilitan el paseo
por la zona, que está llena de rocas de río.
Al lado de los jardines, las columnas que sostienen la
carretera tienen 40 pies de altura. "Este enorme y grandioso espacio es
realmente sorprendente", dice Tei Carpenter, fundador y director de
Agency-Agency, un estudio de diseño arquitectónico que trabajó en el espacio
con la firma de diseño experimental Sheeep y otros socios.
La enorme escala del espacio hacía que trabajar con él fuera
un desafío. “Pero de alguna manera, ahora, con las plataformas, los pasamanos y
los grandes jardines, puedes sentir que es un espacio para que la gente lo habite”,
dice, “a diferencia de antes, que era una infraestructura para automóviles y
camiones. La escala humana parece más atractiva y tal vez más acogedora”.
Los jardines experimentales son temporales porque la ciudad
comenzará a reconstruir la plataforma de la carretera sobre ese espacio en un
par de años. Los senderos para caminar y andar en bicicleta permanecerán en su
lugar porque ya se realizó la reconstrucción en esa área. Pero el jardín y
algunas otras activaciones son oportunidades para probar diseños que luego
podrían implementarse a lo largo de la “Under Gardiner”.
Fuente: Fast Company/ Traducción: Horacio Shawn-Pérez