El impacto de la pesca artesanal
Cuando Xavier Basurto llegó a la isla de Terranova se
percató de que todo el paisaje era mar. Un mar que no solo definía el
horizonte, sino también la vida de sus habitantes. Basurto, científico mexicano
experto en autogestión y sostenibilidad marina, había llegado a este lugar, en
el extremo oriental de Canadá, en 1997, como parte de un programa de
intercambio estudiantil. En aquel momento, la región padecía el colapso de uno
de sus recursos más valiosos: el bacalao del Atlántico (Gadus morhua). Una
moratoria indefinida sobre la pesca estaba afectando la economía de 40.000
pescadores a pequeña escala, pescadores industriales y trabajadores de plantas
de procesamiento de pescado.
En la Memorial University de Terranova, el joven estudiante
se encontró con que algunos pescadores habían decidido reinventarse regresando
a las aulas. Un día, uno de ellos confrontó con preguntas sobre asuntos
sociales a un profesor que les hablaba de las técnicas para la acuicultura.
“Eso me marcó mucho”, dice, pues al final son los asuntos humanos y culturales
los que determinaban, en gran medida, si esos aspectos técnicos de la pesca “se
implementaban o no, si funcionaban o no, o si se adoptaban o no”.
Este es un pensamiento que dio forma al enfoque desde el
cual Basurto, hoy profesor en la Universidad de Stanford, ha intentado
comprender la complejidad de la pesca artesanal, una actividad que más que un
empleo u oficio, es una forma de vida para quienes la practican.
Basurto quiere entender esta práctica no solo como una
actividad de producción y comercio de alimentos, que tradicionalmente se mide
en millones de toneladas de captura y en valor monetario, sino como una
práctica social, ecológica y cultural de las comunidades costeras.
Se trata de una actividad que a menudo pasan por alto los
gobiernos, los científicos, las organizaciones no gubernamentales y el sector
privado, pero cuya magnitud es enorme.
En un reciente análisis en Nature estima junto a sus
coautores que la pesca artesanal representa al menos el 40% de las capturas
pesqueras mundiales. Además, las capturas de pequeña escala son realizadas por
el 90% de las personas que se dedican a la pesca en todo el planeta, y generan
el 44% del valor económico total del pescado que se extrae del mar y llega a puerto
para ser comercializado.
Pero quizá los datos más reveladores son los que muestran su
peso social y nutricional: una de cada 12 personas en el mundo depende, parcial
o totalmente, de la pesca artesanal para su sustento. Además, esta actividad
tiene el potencial de aportar micronutrientes esenciales —las vitaminas y
minerales que el cuerpo necesita en pequeñas cantidades para funcionar
correctamente— a una de cada cuatro personas en el planeta.
La pesca a pequeña escala también está relacionada con la
conservación marina, ya que se lleva a cabo en ecosistemas altamente productivos
y con gran biodiversidad.
Basurto habló con Knowable Magazine sobre la pesca artesanal
y por qué, a pesar de su papel crucial en la seguridad alimentaria y la
conservación marina, no ocupa un lugar más central en la toma de decisiones
políticas y científicas. Esta entrevista ha sido editada para lograr mayor
claridad.
¿Cómo define la pesca
artesanal? ¿En qué se diferencia de la pesca industrial?
La pesca artesanal se diferencia de la industrial en que
esta última tiene lugar en aguas más oceánicas, usa mucha más tecnología,
capital y automatización, y menos mano de obra.
La definición de la pesca artesanal es controversial porque
es muy difícil arribar a una definición que abarque toda la diversidad de
prácticas que incluye. En algunos sitios la pesca artesanal se realiza a pie,
sin embarcación. En otros, en canoas de madera, embarcaciones de fibra de
vidrio o aún más sofisticadas. Pero, en términos generales, incluye actividades
previas a la captura, de captura en zonas costeras y posteriores a la captura,
que se realizan con tecnologías sencillas, poca inversión y un alto uso de mano
de obra.
Para llegar a definiciones más concretas tendríamos que
identificar la mayor cantidad de formas de pesca artesanal alrededor del mundo,
y crear categorías que capturen su función de una forma confiable, coherente y
práctica. Por ejemplo, hemos identificado una categoría que llamamos: “pesca a
pequeña escala que tiene la función de crear redes de seguridad nutricional y
de ingresos”, que se caracteriza por el uso de poca tecnología y poco capital
en aguas costeras poco profundas y estuarinas del Sur Global. La captura suele
destinarse al autoconsumo o se intercambia o vende en mercados locales, y los
propietarios del equipo o de las embarcaciones generalmente trabajan de forma
individual o en cooperativas familiares, sin tripulación remunerada. Otros
ejemplos son las mujeres que recolectan almejas y ostiones en esteros de
Filipinas o Tailandia, o los buzos a pulmón que cosechan almeja chocolata en el
estado de Baja California Sur para vender en restaurantes locales.
Hay otra categoría que llamamos “pesquerías a pequeña escala
que tienen la función de crear motores económicos”. Estas se caracterizan por
un mayor capital, inversión y tecnología, lo que las hace más formalizadas e
integradas en las economías nacionales. Las embarcaciones motorizadas, con
mejor capacidad de almacenamiento y refrigeración, implican una menor
dependencia de las aguas costeras y de los mercados locales, llegando en
ocasiones a sostener el comercio entre lugares distantes.
📢Suscríbete a nuestro newsletter semanal.
Considerando tanto la
pesca artesanal como la industrial, ¿cuál es el estado actual de la pesca a
nivel global?
El estatus es muy diverso. Por un lado, en los países ricos
tienes pesquerías industriales muy bien manejadas. Pesca que se podría
calificar como sustentable porque se tiene mucha información y se trabaja con
esa información. Por el otro lado, en los países en vías de desarrollo, tienes
muchas pesquerías industriales que están sobreexplotadas y en las que hay
información, pero se hace poco en términos de manejo.
La pesca artesanal es también muy diversa y existe tanto en
países en vías de desarrollo como en países desarrollados. Creo que presenta
las mismas características: hay pesquería artesanal muy bien manejada en
Estados Unidos, en Canadá, en Islandia, en Japón, en Noruega, que tiene un
nivel de información muy bueno; y no tanto en países en vías de desarrollo
donde casi no hay manejo y hay mucha pesca sobreexplotada.
¿Cuál es el rol de la
pesca artesanal en la seguridad alimentaria y la nutrición global?
A nivel mundial, la pesca artesanal es mucho más importante
que la industrial como fuente de alimentación.
Aunque en términos de volumen la pesca industrial domina las
capturas globales, es la pesca artesanal la que desempeña un papel decisivo
como fuente de nutrición y sustento para millones de personas. Representa al
menos el 40 % de las capturas pesqueras del planeta, unas 37,3 millones de
toneladas anuales, pero su verdadero valor no radica únicamente en la cantidad,
sino en a quién alimenta: potencialmente hasta 2.300 millones de personas
podrían cubrir el 20% de su ingesta de micronutrientes esenciales gracias a
ella. Muchas de estas personas pertenecen a poblaciones altamente marginadas,
como ocurre en el continente africano y en Oceanía.
Asimismo, nuestra investigación mostró que, en los países
analizados, un promedio del 79 % de la captura de las pesquerías de pequeña
escala se destina al uso doméstico, confirmando que su principal uso es para
satisfacer las necesidades nutritivas locales. En tanto que, en la pesca
industrial solo el 62% de las capturas se destina al consumo humano directo,
mientras que el 38% restante se utiliza para fines que no están vinculados a la
alimentación humana, como la producción de harina de pescado empleada en cosméticos
o alimentos para mascotas.
La pesca artesanal es especialmente relevante para la
alimentación en regiones donde el acceso a alimentos con alto valor nutricional
es limitado, ya sea por razones económicas relacionadas con el alto costo de
transporte a zonas marginadas; o razones geográficas: regiones extremadamente
cálidas o desérticas, latitudes altas con temporadas de cultivo muy breves, o
áreas sujetas a inundaciones estacionales, como el Amazonas o el delta de Sundarbans
en la Bahía de Bengala.
En regiones donde la
pesca artesanal es clave para la alimentación, aún persisten altos niveles de
desnutrición y hambruna; según datos de 2023, 384,5 millones de personas en
Asia y 298,4 millones en África padecen hambre. ¿Cómo se explica esta
situación?
En algunos de estos sitios la oferta de nutrientes
provenientes de la pesca artesanal excede el consumo de estos nutrientes. Es
decir, la gente prefiere comer otra cosa de menor valor nutricional, a pesar de
que tienen acceso a pescado de alta calidad alimenticia.
En otros casos, la falta de un buen manejo del pescado una
vez capturado hace que pierda su valor nutricional. Por ejemplo, no ponerlo en
hielo inmediatamente, por desconocimiento o falta de recursos para comprar
hielo. En otros casos, la cultura alimentaria no hace uso apropiado de todos
los nutrientes disponibles: solo comerse el filete tiene menos valor
nutricional que si también se come la cabeza, que contiene muchos más
micronutrientes que el filete.
📢Suscríbete a nuestro newsletter semanal.
Su estudio publicado
en Nature destaca el aporte de micronutrientes esenciales que la pesca
artesanal puede aportar a miles de millones personas. ¿Cómo lograron calcular
esa contribución potencial?
Primero, se recopilaron datos de captura de peces en 58
países y luego se extrapolaron para cubrir un total de 186 países. El objetivo
era estimar cuánto podrían contribuir las pesquerías artesanales a la nutrición
local.
Luego, se recurrió a bases de datos reconocidas (como
FishBase e INFOODS) para obtener información sobre seis nutrientes clave presentes
en los productos acuáticos: calcio, hierro, selenio, zinc, vitamina A y ácidos
grasos omega 3. Aunque este último no es un micronutriente en sentido estricto,
se incluyó por su relevancia para la salud humana.
Con esa información se estimó la concentración promedio de
nutrientes por grupo de especies, ponderada según el volumen de captura.
Posteriormente, se multiplicó esa concentración por la cantidad anual de
pescado capturado y por la porción comestible.
Para entender cuánto representa eso por persona se dividió
el total de nutrientes diarios por la población que vive a menos de 20
kilómetros del mar o de cuerpos de agua dulce, y así se estimó el aporte per
cápita.
Finalmente, se comparó este aporte nutricional con el
consumo total de micronutrientes de cada país, usando datos dietéticos globales.
Según la investigación, las capturas artesanales tienen el
potencial de aportar en promedio 20% de la ingesta dietética de esos seis micronutrientes
clave: hasta el 50% de los ácidos grasos omega 3, el 28% del selenio, más del
10% de calcio y zinc, el 9% de hierro y el 3% de vitamina A.
A pesar de su gran
relevancia económica y social, la pesca artesanal ha sido históricamente
invisibilizada. ¿A qué se debe esta falta de reconocimiento?
Para entender las causas hay que entender la historia de la
ciencia pesquera occidental, que fue desarrollada por científicos de países
ricos para resolver problemas de manejo de la pesca industrial. Como
consecuencia, los recursos económicos, las estrategias de contabilidad, la toma
de datos y el manejo oficial se concentraron en la pesca industrial.
En el siglo XX, conforme aumentó la tecnología de pesca,
también aumentó el conocimiento para pescar en grandes cantidades, para
entender cuánto pescado hay. Conforme se organizó la pesca industrial, se
demandó más información. La pesca industrial está organizada en cámaras de
comercio y, por lo tanto, históricamente han desarrollado un diálogo constante
y relaciones político-económicas recíprocas con tomadores de decisiones a nivel
gubernamental.
Los gobiernos responden produciendo ciencia en las
universidades de Estados Unidos, Canadá, Japón, Noruega, Islandia, entre otros.
Pero es ciencia sobre pesca industrial, no es ciencia que está pensada para la
pesca artesanal. No es ciencia creada por los países en vías de desarrollo.
Todos estos factores han resultado en una hegemonía de atención de tomadores de
decisiones hacia la pesca industrial.
Entonces, ¿no existe
interés en prestar atención a los pescadores artesanales?
Exacto. Ese es uno de los factores. El pescador artesanal en
muchos casos no está organizado en una asociación. Otro factor es que, aunque
el gobierno tenga interés sin que los pescadores artesanales se lo pidan, es
complicado recolectar los datos de los pescadores que están muy dispersos en la
costa, en lugares aislados donde el gobierno tiene poco acceso, poca
injerencia. Y el tercero es que tú como Estado dices: “Bueno, ¿qué caso tiene
si la renta que producen no es tanta como para que valga la pena el gasto
gubernamental?”
¿Esto es desde la
óptica de los países desarrollados?
Desde la óptica del primer mundo, pero más importante, desde
la óptica de que lo único que se obtiene de la pesca es dinero. Es una óptica
donde se ve que lo único que sale del agua es volumen de pescado y dinero.
¿Por qué es
importante ir más allá del volumen de pescado?
Es muy importante ir más allá de la captura para cambiar la
concepción de que solo dinero sale del agua. Y, por lo tanto, valorar de forma
diversa la actividad pesquera artesanal. La actividad también puede propiciar
equidad de género en poblaciones rurales, impulsar una cultura de
involucramiento en el manejo pesquero mediante el otorgamiento de más derechos
de manejo a los pescadores, ofrecer micronutrientes esenciales para la
seguridad alimentaria, y generar empleo y dignidad laboral. Al cuantificar
todas estas contribuciones es más fácil verlas y hacer tangible que no solo el
pescado es volumen de captura. Es mucho más que eso.
¿Qué papel juegan las
mujeres?
Cuatro de cada diez pescadores son mujeres. Pueden ser parte
del negocio familiar —esposas, madres, hijas— o simplemente mujeres de la
comunidad contratadas para hacer el trabajo. En este cálculo tomamos en cuenta
las actividades de precaptura, captura y poscaptura. Es en esta última, donde
la participación de la mujer es mucho más prominente. Sus actividades incluyen
limpieza, procesado, empaquetado, comercialización y venta del pescado. Su
trabajo sigue siendo tan invisible porque en muchos casos la pesca solo se
entiende como el proceso de captura.
Entonces, los derechos de participación en la toma de
decisiones o contabilización en censos que determinan quién es sujeto a fondos
de seguridad social o subsidios para el desempleo, entre otros, solo se le
otorgan al individuo que está en la embarcación. Pues es ese individuo al que
se le considera y se le otorga la etiqueta de ‘pescador’. El resto de la
población que trabaja en actividades de precaptura y poscaptura no existe en
las estadísticas ni en los programas de seguridad social, como seguro de salud
y acceso a una pensión por vejez, enfermedad o invalidez que genera la
actividad.
No solo esto hace invisible el rol de la mujer, sino que
también la hace muy vulnerable al machismo y sexismo, como en el caso del lago
Victoria en Kenia, en donde se llega al extremo de que las mujeres solo pueden
comercializar pescado si le hacen favores sexuales a los hombres, como
demuestra Kathryn Fiorella, una científica medioambiental y epidemióloga de
Cornell, en su estudio.
¿Qué políticas
públicas se deberían establecer para fortalecer la pesca artesanal?
Te digo algo muy concreto: las áreas de acceso preferencial.
Es una política que existe en muchos países, pero que se usa muy poco, en la
que el pescador artesanal tiene derecho preferencial al uso de una franja de
costa. No tenemos datos para saber qué porcentaje de pesca artesanal se
beneficia, pero sabemos que al menos 44 países costeros las incluyen en sus
normas y que el impacto podría ser muy positivo para la pesca artesanal si se
vigilaran y respetaran. Se podrían expandir designando más áreas de acceso
preferencial en lugares donde no existen, e implementándolas por medio de la vigilancia.
¿Cómo es la vida de
una familia que vive y trabaja en la pesca artesanal?
Bueno, creo que lo más importante es entender que la pesca
artesanal no es un empleo, sino una forma de vida. No es una ocupación, no es
que soy pescador de día y el resto del tiempo soy otra persona. Es una
identidad.
¿Qué quiere decir eso? Que parte de tu cultura, parte de lo
que te hace ser tú, está completamente entretejido con la actividad de pescar.
¿Puede la pesca
artesanal contribuir a la sostenibilidad de los mares?
Por supuesto, porque la actividad sucede en los lugares de
más productividad, donde hay más biodiversidad. Los pescadores son los usuarios
de esos ecosistemas.
Entonces, nosotros tenemos que trabajar con esos usuarios,
porque si decimos “no, ellos no lo saben hacer”, podemos pensar que un nuevo
usuario lo podría hacer mejor, pero muy probablemente no sea así, porque tienen
todavía menos conocimiento, ya que su cultura no depende de ese ecosistema.
Los pescadores artesanales son fundamentales, porque en
muchos casos son generaciones las que han estado arraigadas a esos lugares.
Ellos tienen interés en poder seguir viviendo allí en el futuro. Y, por lo
tanto, es más probable que sean los pescadores los que estén dispuestos a
afrontar problemas que requieren de acción colectiva efectiva para encontrar
soluciones a los retos más importantes que enfrenta la sostenibilidad de
nuestros mares, como son la sobrepesca, la contaminación, el turismo masivo, la
acuicultura poco responsable, la explotación de petróleo, gas y minerales.
No siempre los pescadores podrán encontrar soluciones solos.
Lograr soluciones sostenibles a largo plazo requerirá del involucramiento de
otros sectores de la sociedad, pues no hay que olvidar que aunque los
pescadores son quienes más dependen de las soluciones, también son los que
menos recursos tienen para lograrlas.
Fuente: Knowable.