Los ciclistas del siglo XIX allanaron el camino para el sistema de carreteras moderno


Emma Newcombe

 

Si bien las calles estadounidenses de hoy pueden necesitar la reparación de un bache, o una repavimentación, su calidad supera con creces la de las carreteras del siglo XIX. A lo largo de la década de 1800, la mayoría de las carreteras en Estados Unidos, particularmente en las zonas rurales, estaban compuestas de grava o tierra. Se convertían en barro en primavera y se llenaban de baches en verano. El resultado era un viaje lento en el mejor de los casos y condiciones intransitables en el peor. La mayoría de las carreteras eran de propiedad y mantenimiento privados, y carecían de fondos del gobierno federal, estatal o local.

A partir de la década de 1870, un movimiento de base conocido como el Movimiento de las Buenos Caminos comenzó a abogar por la mejora de las carreteras rurales. Estos activistas no eran conductores de carruajes tirados por caballos o diligencias. Eran ciclistas.

El final del siglo XIX vio el surgimiento de una locura estadounidense por las bicicletas. Los ciclistas (a menudo llamados "conductores de ruedas") buscaban mejorar las carreteras rurales suavizando los caminos para andar en bicicleta. Las organizaciones ciclistas nacionales, en particular la League of American Wheelman (LAW), abogaron por carreteras más seguras y de mejor calidad.

📢 Suscríbete a nuestro newsletter semanal.

Los ciclistas argumentaron que los caminos rurales mejorados no solo ayudarían a los ciclistas, sino también a los agricultores. Con caminos confiables, los agricultores podrían llevar sus cultivos al mercado más fácilmente, mientras que las familias rurales podrían estar mejor conectadas con las escuelas, las iglesias y los centros urbanos. LAW y otras organizaciones del Movimiento Buenos Caminos colaboraron con agricultores, periodistas, ingenieros, empresarios y políticos. Abogaron por la reparación de carreteras, impulsaron la educación en la construcción de carreteras para las zonas rurales y exigieron la financiación del gobierno para todas estas mejoras. Muchos estados formaron sus propias asociaciones Buenos Caminos, que trabajaron para lograr estos cambios a nivel local y estatal.

Con el auge de los vehículos producidos en masa como el Ford Modelo T a principios del siglo XX, más personas que nunca comenzaron a conducir automóviles. Estos nuevos conductores se dieron cuenta de las malas condiciones de las carreteras de Estados Unidos. Como resultado, los grupos de interés automovilísticos como la Asociación Estadounidense del Automóvil se unieron al Movimiento Buenos Caminos. Las compañías ferroviarias también apoyaron la construcción de mejores caminos, creyendo que los automóviles abrirían oportunidades para que las personas accedieran y usaran los ferrocarriles.

Con las asociaciones de Buenos Caminos a nivel estatal y nacional, y con el respaldo de múltiples industrias, el gobierno estatal y federal comenzó a actuar. En 1891, Nueva Jersey se convirtió en el primer estado en aprobar una ley para desarrollar proyectos de construcción de carreteras. Dos años más tarde, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos lanzó una evaluación de la calidad de los sistemas de carreteras del país. En 1916, el presidente Wilson firmó la Ley de Carreteras de Ayuda Federal, el primer proyecto de ley para proporcionar fondos nacionales para mejorar las carreteras en todo Estados Unidos.

Al Movimiento Buenos Caminos le tomó más tiempo lograr uno de sus objetivos finales: un sistema nacional de caminos financiado por el gobierno. En 1926, el gobierno federal desarrolló el Sistema Nacional de Carreteras, que creó el primer sistema de numeración unificado para las carreteras estadounidenses. Este sistema ayudó a sentar las bases para la Ley de Carreteras de Ayuda Federal del presidente Eisenhower de 1956, a partir de la cual se desarrolló el Sistema de Carreteras Interestatales por el que conducen los estadounidenses en la actualidad.

El Movimiento Buenos Caminos logró la mayoría de sus objetivos, particularmente aquellos que beneficiaron a la creciente industria automotriz. Pero muchos de sus objetivos en torno al transporte en bicicleta siguen sin cumplirse más de cien años después. Los defensores de la seguridad de las bicicletas de hoy en día están presionando una vez más por mejores condiciones viales, rutas más seguras para los ciclistas, asumiendo las mismas causas que los ciclistas del siglo XIX.

Fuente: Governing/ Traducción: Maggie Tarlo

Recomendados

Seguir leyendo