Norias


Katrina Gulliver


La primera noria fue parte de la Exposición Mundial Colombina en Chicago en 1893. La Torre Eiffel de 1889 había arrojado el desafío en términos de hazañas de ingeniería, y el equipo de planificación de la feria de Chicago se centró en encontrar alguna manera de superarla. Contemplaron torres, una carpa gigante y rascacielos. El fabricante de acero e ingeniero George Washington Gale Ferris tuvo su propia sugerencia: una rueda gigantesca, inspirada en las ruedas hidráulicas. Los directores de la exposición le concedieron el derecho de construirla, pero tuvo que recaudar 350.000 dólares para el proyecto y coordinar toda la fabricación de piezas y la construcción en un plazo ajustado.

Afortunadamente para Ferris, fue un éxito inmediato. En ese momento, Scientific American quedó impresionada por la forma en que la rueda dominaba el recinto de la exposición, e informó que “el objeto más llamativo con toda probabilidad es la gran rueda que se eleva media milla por sobre el suelo”. Con 250 pies de diámetro, era “la rueda más grande del mundo”. A los visitantes les encantó la emoción de ser elevados para obtener una vista de la mitad del camino.

Sin embargo, como señala el ingeniero Henry Petroski, la noria era novedosa en escala, pero no en concepto. Desde el siglo XVIII existían “ruedas de placer” de madera, más pequeñas, que transportaban a los pasajeros en pequeños compartimentos.

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Pero el desarrollo de Ferris se convertiría en una forma estándar de atracción. Las ruedas basadas en su diseño comenzaron a aparecer en todo el mundo. Pocos de los primeros ejemplos sobreviven hoy (incluso la rueda de Chicago fue desechada sin ceremonias unos años más tarde). La Riesenrad de Viena (construida en 1897) es la noria más antigua en funcionamiento, ya que fue reparada después de sufrir daños durante la Segunda Guerra Mundial. Ha realizado apariciones memorables en el cine, desde El tercer hombre hasta James Bond.

En 1906, Eli Bridge Company vendía ruedas más pequeñas que podían desmontarse fácilmente para su transporte: perfectas para circos ambulantes. Las ruedas de la fortuna pronto se convirtieron en una característica estándar de las ferias del condado, y "noria" se convirtió en una frase familiar.

El invento de Ferris también tuvo una vida que tal vez no hubiera previsto: la rueda resultó tener también un uso educativo. Los profesores las utilizan para explicar trigonometría, funciones y otras cuestiones matemáticas.

Fuente: Jstor/ Traducción: Maggie Tarlo

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