Golfo de América


Linda Poon

Lo odies o lo ames, muchos visitantes de Google Maps y Apple Maps en Estados Unidos descubrirán que algo ha cambiado: lo que antes se denominaba Golfo de México ahora es Golfo de América (“América” por Estados Unidos, no por el continente), de acuerdo con una orden ejecutiva emitida por el presidente Donald Trump para cambiar el nombre de la masa de agua.

Comparado con muchas de las otras directivas de Trump, el cambio de nombre puede no parecer el más importante: una forma frívola de hacer alarde de su idea de la “grandeza estadounidense” al reclamar la propiedad total (simbólica) del golfo más grande del mundo. Pero la cartografía ha sido durante mucho tiempo una herramienta poderosa para impulsar narrativas políticas y, para muchas personas, la realidad geográfica se encuentra en un mapa.

El nombre “Golfo de América” fue oficializado por el gobierno federal después de que se agregó al Sistema de Información de Nombres Geográficos, una base de datos mantenida por el Servicio Geológico de Estados Unidos. Eso significa que el nuevo nombre aparecerá en mapas, señalización y documentos federales en el futuro. El nombre ya se usa en algunas agencias, incluida la Agencia de Protección Ambiental y la Administración Federal de Aviación.

Esto también es un detonante para que algunas empresas privadas adopten el nuevo nombre en sus mapas, aunque no están obligadas a seguir los estándares establecidos en la base de datos federal. Google, de Alphabet Inc., anunció que el cambio se reflejaría para los usuarios de Google Maps siguiendo su "práctica de larga data de aplicar cambios de nombre cuando se han actualizado en fuentes gubernamentales oficiales". Los usuarios de México seguirán viendo el Golfo de México, y los de otros lugares verán ambos nombres.

La decisión provocó la reacción de los usuarios que acusaron a la empresa de ceder a la voluntad de Trump, así como de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum. "Para cambiar el nombre de un mar internacional, no es un país el que lo cambia. Es una organización internacional la que lo hace", dijo Sheinbaum en una conferencia de prensa en enero. También sugirió que América del Norte se cambie a "América Mexicana", aludiendo a comentarios que hizo anteriormente burlándose de Trump.

Apple también realizó el cambio a Golfo de América el martes para los usuarios estadounidenses después de recibir críticas de los legisladores republicanos por no alinearse de inmediato, informa Mark Gurman. La compañía también dijo que implementaría gradualmente el cambio para los clientes internacionales.

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El gerente de mapas de TomTom, Brandy Boyle, dijo que la política de la compañía es realizar cambios en su propia base de datos que reflejen actualizaciones a "fuentes autorizadas", incluido el GNIS, y que mostraría el cambio a los usuarios estadounidenses. Su política será un poco diferente a las demás: "El área de la plataforma continental estadounidense delimitada por Texas, Luisiana, Mississippi, Alabama y Florida, que se extiende hasta el límite marítimo con México y Cuba, se etiquetará como 'Golfo de América', mientras que la parte sur del golfo seguirá mostrando 'Golfo de México'", dijo Boyle.

Mientras tanto, Bing Maps y MapQuest Inc. de Microsoft Corp. aún no han realizado el cambio.

"Es casi increíble que esto parezca tomarse tan en serio", dijo Mark Monmonier, autor de How to Lie with Maps y profesor de geografía jubilado de la Universidad de Syracuse. “No sé qué se le metió en la cabeza a la gente de Google, pero quiero decir que Trump es un matón notorio, y este acoso puede llevarse al ámbito de los mapas y los atlas”.

Google, cuyo mapa es uno de los más utilizados a nivel mundial, también se ha visto en el centro de la controversia sobre territorios en disputa. En 2012, Irán amenazó con demandar a la empresa por no etiquetar el Golfo Pérsico, al que las naciones árabes vecinas se refieren como Golfo Arábigo. Y en 2015, Google renombró un arrecife en disputa entre China y Filipinas en el Mar de China Meridional después de una petición en línea que la acusaba de solo reconocer el reclamo de China sobre la tierra. A menudo, la empresa etiqueta o dibuja marcadores geográficos polémicos de manera diferente para los usuarios de diferentes países, incluso para las fronteras en disputa.

La comunidad internacional no tiene por qué reconocer el Golfo de América, ya que cada país tiene su propio sistema de nombres geográficos, aunque Trump podría pedirlo o presionar a las naciones individuales para que lo hagan.

No es raro que se realicen cambios en un mapa “para favorecer el lenguaje, los héroes o los caprichos de un nuevo régimen”, como escribió Monmonier en 2006 en un ensayo que promocionaba su libro, From Squaw Tit to Whorehouse Meadow: How Maps Name, Claim, and Inflame.

Esta no es la primera vez que Trump altera mapas para su beneficio. En la controversia bautizada como Sharpiegate, el presidente durante su primer mandato infamemente levantó un mapa de la trayectoria proyectada del huracán Dorian que había sido alterado con un marcador negro para respaldar las afirmaciones de que Alabama sería duramente golpeada.

En Estados Unidos, cambiar el nombre de un elemento natural no suele ser un proceso fácil ni rápido. Tras bastidores, un grupo poco conocido llamado Junta de Nombres Geográficos analiza cada mes una serie de propuestas de todo tipo de personas, organizaciones y agencias gubernamentales. Consultan con las partes interesadas, desde el gobierno local hasta las organizaciones locales, e incluso pueden abrir el proceso a comentarios públicos si el nombre propuesto es controvertido.

Por eso, según Monmonier, el GNIS refleja generalmente la opinión general de geógrafos, cartógrafos e historiadores sobre qué nombre es apropiado. Sin embargo, todo ese proceso, que lleva al menos seis meses, no se aplica a las órdenes de la cima de la cadena de mando.

Los nombres no se pueden eliminar de la base de datos, pero se pueden cambiar, reemplazar y revertir, especialmente por orden del presidente. En la misma orden para cambiar el nombre del golfo, Trump también pidió que el nombre del pico más alto de América del Norte en Alaska se rebautizara como Monte McKinley en honor al fallecido presidente William McKinley. Eso todavía está en proceso, pero una vez completado, deshará una orden ejecutiva de 2015 del expresidente Barack Obama para llamarlo oficialmente Denali, el nombre reconocido por los nativos de Alaska.

Otros cartógrafos reputados pueden no ser tan rápidos en adoptar nuevas etiquetas, aunque sólo sea porque requiere mucho más esfuerzo alterar los mapas analógicos, dijo Monmonier. El editor de mapas Rand McNally dijo en una declaración en enero que "esperará la revisión legal y pública final a través de la oficina del Secretario del Interior" antes de hacer cualquier cambio. Y cuando Associated Press le preguntó sobre su respuesta, la National Geographic Society señaló su política de mapas, que dice que la organización "se esfuerza por ser apolítica, consultar múltiples fuentes autorizadas y tomar decisiones independientes basadas en una investigación exhaustiva".

"Estas organizaciones son conservadoras en el sentido de resistirse a cambios espurios", dijo Monmonier. "Será interesante ver cuánto dura este nombre Golfo de América".

Fuente: MapLab/ Traducción: Horacio Shawn-Pérez

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