Trump no cambió, pero sí cambiaron las ciudades
Henry Grabar Desde que Donald Trump descendió por esa escalera mecánica hace nueve años, la geografía de la política estadounidense se ha estado moviendo en una dirección: ciudades azules, territorio rojo. Condados de Whole Foods y condados de Cracker Barrel. Hasta este mes. Con todo y escándalos, Trump logró avances de dos dígitos en las ciudades más grandes del país y sus alrededores. Obtuvo 19 puntos en el condado de Miami-Dade, 16 puntos en la ciudad de Nueva York, 14 puntos en el condado de Los Ángeles, 12 en el condado de Suffolk (Boston), 11 puntos en el condado de Cook (Chicago), 10 en el condado de Dallas y 9 en el condado de Wayne (Detroit). El condado de Nassau, en Long Island, votó por un republicano para presidente por primera vez en décadas. El giro de Trump fue tan dramático que lo convirtió en el primer republicano en ganar el voto popular en veinte años, mientras que los estrechos márgenes en lugares como Nueva Jersey y Virginia redujeron la división entre el v