Las casas vacías y el orden moral


Por Mayanka Mukherji 
Universidad de Oxford
 

Mi primera introducción a las casas vacías fue a través de la luz o, más bien, su ausencia. Muchos artículos de periódicos que problematizaban el vacío del centro de Londres usaban la oscuridad como evidencia observable y como metáfora abstracta para sugerir una comunidad menguante en un área repleta de mansiones vacías. Los términos asociados con este fenómeno incluyen "manzanas fantasma" y "Londres sin luces" (Glucksberg 2016, 49). Mientras que algunos artículos hicieron uso de fotografías de iluminación parcial en bloques de apartamentos para demostrar las incertidumbres del paisaje habitacional, otros acentuaron el vacío mediante un lenguaje dramático: “Las ventanas que están oscuras esta noche, en general, han estado oscuras durante meses. Bienvenidos a la ciudad fantasma de los súper ricos” (Herrmann 2014). Cadogan Square, mi sitio de campo ubicado en el distrito de Kensington y Chelsea, fue clasificado como una plaza fantasma por muchos de estos artículos. Paradójicamente, el vacío proliferó en un lugar que muchos consideraban el centro del mundo. Aquí, el vacío fue el resultado de la concentración de capital y sus efectos destructivos de la comunidad, más que el resultado de la retirada de capital (Dzenovska 2018) o el abandono y la ruina (Stoler 2009).



La luz es una metáfora guía para quienes observan el vacío en el centro de Londres. Señala algo que es visible, las ventanas iluminadas, para evocar y cuantificar algo invisible, las ausencias detrás de las ventanas apagadas. Pasando por alto los patrones de residencia estacional, los artículos de los periódicos usan descripciones basadas en la luz de casas vacías para vincularlas con propietarios extranjeros racializados o fuentes ilegales de dinero (Glucksberg 2016). Estos vínculos evocan la vacuidad como una ruptura del orden moral existente.

Sin embargo, el vacío en Cadogan Square no solo es novedoso y perturbador, sino también familiar y predecible. Durante mi trabajo de campo, el gerente de una tienda de armas cercana que desde entonces ha cerrado rechazó con vehemencia las afirmaciones de vacío que sugerían falta de comunidad, enfatizando en cambio la regularidad de las presencias y ausencias de sus clientes. Para él, la ausencia periódica de personas era constitutiva de los ritmos de comunidad en la zona. La regularidad, no la ausencia, era lo opuesto al vacío. Aunque se oponía a las afirmaciones de casas vacías, su tienda almacenaba armas por un alquiler semanal para los clientes que pasaban muchos meses fuera de sus residencias en Londres y no tenían los armarios de armas necesarios.

De manera similar, la correlación que algunos vecinos trazaron entre el vacío y la falta de luces navideñas en diciembre reveló que el vacío se relacionaba menos con la cantidad de tiempo que se pasaba viviendo en un lugar en particular y más con no demostrar adecuadamente la presencia y la participación en la comunidad. Tanvir Hasan, un arquitecto de conservación que trabaja en estrecha colaboración con Cadogan Estate, me explicó que históricamente las plazas de lujo en Londres se han imaginado como casas de temporada y rara vez como residencias permanentes. De hecho, el trabajo de conservación se ve facilitado por el vacío estacional de estas viviendas, lo que permite que las viviendas sean reparadas y renovadas periódicamente, formando un contraste entre la fachada exterior de la casa y su vacío interior. La ausencia estacional de propietarios en Cadogan Square no solo está normalizada, sino que de hecho está integrada en la existencia y renovación de estas casas (ver Glucksberg 2016).

Por lo tanto, no es tanto el vacío per se lo que se destaca en Chelsea, sino el hecho de que hay una escasez perenne de viviendas sociales mientras que el 10 por ciento de las viviendas están catalogadas como segundas residencias (Action on Empty Homes Report 2019). Matt Wilde (2017, 16), escribiendo justo después del incidente de Grenfell en el mismo municipio, atribuyó el declive de las viviendas sociales al creciente número de propietarios de viviendas para alquilar, recortes en el presupuesto de las autoridades locales y eliminación de la protección de los inquilinos en el sector privado alquilado. Los pisos de viviendas sociales que se encuentran vacíos debido a reclamos de no habitabilidad (como los de Sutton Estate, a solo un corto paseo de Cadogan Square) y el cambio hacia el alquiler temporal de emergencia contrastan con el vacío estacional de las casas de lujo en el distrito.

La investigación etnográfica revela que hay al menos dos variedades de vacío en Chelsea: el vacío estacional que es parte de un orden moral hegemónico que defiende la comunidad y el vacío de los recién llegados que se cree que lo perturba. El vacío estacional se normaliza mediante la limpieza, el mantenimiento y la conservación, mientras que el problema del vacío se proyecta sobre los nuevos propietarios étnicos y raciales, como los rusos y los árabes. Los diferentes tipos de casas vacías se comparan entre sí en términos de la regularidad de su ocupación, en el que el frenesí perturbador de los compradores "imprudentes" (un término utilizado por los residentes y agentes inmobiliarios para describir a los nuevos compradores de vivienda que suelen ser extranjeros) se enfrentan a las élites aristocráticas más tradicionales que habitan Chelsea por temporadas. El vacío no se trata tanto de la ocupación sino del tipo correcto de ocupación de una casa: la legitimidad y la previsibilidad son mutuamente constitutivas. El vacío se vuelve notable cuando los propietarios/ocupantes estacionales tradicionales que conocen los códigos implícitos de la presencia escénica a través de la luz, las decoraciones navideñas o los tipos esperados de interés y participación en la comunidad son superados en número por los nuevos propietarios/ocupantes, como los propietarios rusos de segundas viviendas, o los inquilinos de Airbnb, que se considera que alteran estos ritmos.

Al centrarse en los ritmos y rutinas que son constitutivos de las casas vacías, esta pieza argumenta que la estacionalidad no solo es un concepto relevante para entender la vivienda de lujo en Londres, sino la base misma sobre la que se produce una jerarquía moral del vacío. El vacío opera tanto como una lente para revelar estos órdenes morales como como una herramienta para negociar con ellos. La preocupación por las luces y sus vínculos con la vacuidad sirve para singularizar las propiedades vacías, en las que la vacuidad se percibe como "mala", lo que indica la concentración del tipo incorrecto de capital. Sin embargo, siempre ha habido un vacío estacional entretejido en los arrendamientos de propiedades de lujo y fincas aristocráticas que las administran. Mientras que la metáfora táctil de la luz reduce el vacío al binario de presencia y ausencia, la estacionalidad permite ver el vacío en un espectro de ocupación que se puede clasificar en términos de temporalidad, puntualidad y previsibilidad.

Referencias

Action on Empty Homes. 2019. Empty Homes in England 2019. London: Action on Empty Homes.

Dzenovska, Dace. 2018. “Emptiness and Its Futures: Staying and Leaving as Tactics of Life in Latvia.” Focaal 80, no. 1: 16–29.

Glucksberg, Luna. 2016. “A View from the Top: Unpacking Capital Flows and Foreign Investments in Prime London.” City 20, no. 2: 238–55.

Herrmann, Joshi. 2014. “The Ghost Town of the Super-Rich: Kensington and Chelsea's 'Buy-to-Leave' Phenomenon.” Evening Standard, March 21, 2014.

Stoler, Ann Laura. 2008. “Imperial Debris: Reflections on Ruins and Ruination.” Cultural Anthropology 23, no. 2: 191–219.

Wilde, Matt. 2017. “Embryonic Alternatives amid London’s Housing Crisis.” Anthropology Today 33: 16–19.

Fuente: SCA/ Traducción: Alina Klingsmen

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