Árboles en lugar de estacionamientos


Faergus O’Sullivan

En 2030, París habrá eliminado 60.000 plazas de aparcamiento y las habrá sustituido por árboles. Ese es uno de los objetivos del nuevo Plan Climático 2024-2030 de la capital francesa, que se publicó en noviembre y que pronto será sometido a votación por el Consejo de París.

París ya ha recibido mucha atención internacional por las medidas que ha adoptado para reducir las emisiones de carbono en los últimos años, especialmente en la década transcurrida desde que la alcaldesa Anne Hidalgo asumió el cargo. Bajo el título “Más rápido, más justo, más local”, este nuevo plan promete ampliar ese progreso, ofreciendo una ciudad más verde, más resistente a las condiciones meteorológicas extremas, más amigable para los peatones y más libre de coches.

Para alcanzar este objetivo, París promete establecer 300 hectáreas de nuevos espacios verdes para 2030, de los cuales el 10% estará en marcha para 2026. La eliminación de plazas de aparcamiento será un componente importante de esto. Por ejemplo, las numerosas zonas verdes que flanquean las calles pueden sustituirse con relativa facilidad por hileras de árboles plantados en parterres que también ayudan a absorber las aguas pluviales. La creación de “plazas oasis” en cada uno de los veinte distritos de París añadirá otras zonas verdes donde los árboles y las estructuras de sombra, como los cenadores, ofrecen a los residentes un respiro del sol y ayudan a reducir las temperaturas del aire circundantes.

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Esta atención a la gestión del calor extremo también se aborda en otras partes del plan. Las recientes olas de calor han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de París al aumento de las temperaturas estivales: la ciudad genera un potente efecto de isla de calor urbano y muchas de sus viviendas y comercios carecen de aire acondicionado. El plan de adaptación climática propone más centros de refrigeración en los barrios, planes para replantear los horarios diarios de las personas que trabajan al aire libre para prevenir el estrés térmico y un compromiso para instalar “techos fríos” aislantes o reflectantes en mil edificios públicos.

La peatonalización también continuará a buen ritmo, y la ciudad se compromete a crear un núcleo sin coches en el corazón de cada distrito. En el Boulevard Périphérique, la famosa vía de circunvalación interior de París, la ciudad se apropiará de un carril de circulación para el uso exclusivo de vehículos de transporte público y de vehículos compartidos. De los carriles que permanecerán abiertos a todos, los límites de velocidad se reducirán a 50 kilómetros por hora.

Es probable que las propuestas se aprueben en un consejo en el que los partidos de la coalición de la alcaldesa Hidalgo forman una mayoría. Bajo el gobierno de Hidalgo, la ciudad se ha ganado la reputación de ser especialmente proactiva contra el tráfico automotor, prohibiendo constantemente el paso de vehículos contaminantes a su núcleo, reduciendo el espacio para los coches en muchas zonas y rebajando los límites de velocidad. Planes como los de eliminar los aparcamientos se apoyan en proyectos ya completados que crearon espacios verdes y peatonales en las principales plazas e intersecciones, transformándolas de nuevo en las salas de estar al aire libre que eran antes de la era del dominio del coche a finales del siglo XX.

Fuente: CityLab/ Traducción: Horacio Shawn-Pérez 

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